domingo, 16 de diciembre de 2012

La nota única:


Mientras escribía sentía cómo le subía la desazón. Conocía a la destinataria. O, más bien, la conoció en otro tiempo, en otra vida ya. Conocía incluso su actual dirección. Pero ni sabría lo que tendría que escribirle ni cómo lo entendería ella ni siquiera si llegaría a leerlo. Una carta larga, después de tanto tiempo de ausencias reiteradas, era imposible. Una nota sería lo mejor. Su nota única. Sintió el vértigo en el estómago, en la garganta. Más tarde también en la nuca. Contemplar la posibilidad de girar la cabeza para descubrir que el camino andado habría desaparecido tras la última pisada, que nunca una huella había sido tan efímera. Decidió no volver la mirada, no recordar. Al fin y al cabo nunca compartieron nada. Ese era el asunto, que nunca habían compartido nada, sólo esta nota que ahora quería escribir y que ella debería leer. Musitó: “el tiempo”. El vértigo acabó por nublarle los ojos. Victoriosamente, surgió, como de la noche una leve luz, lo que siempre había querido decirle. Entonces escribió: “sucede”.

Libro de citas: Juan Carlos Onetti, "Cuando ya no importe". Santillana, S.A. (Alfaguara), Madrid, 1993:

Del trágico, vulgar, maravilloso y sabio Onetti unas frases de su última novela (prepárese a ser corneado):

(Pág. 11) "Hace una quincena o un mes que mi mujer de ahora eligió vivir en otro país. No hubo reproches ni quejas. Ella es dueña de su estómago y de su vagina. Cómo no comprenderla si ambos compartimos, casi exclusivamente, el hambre."

(Pág. 35) "Y ahí estábamos, cuatro hombres, impotentes, escuchando el dolor, humillados también porque sentíamos que tras las paredes estaba creciendo un misterio, el primero de la vida, que brotaría manchado de sangre y mierda, para irse acercando, tal vez durante años, al otro misterio, el final. Y nosotros no éramos más que hombres y nuestra pobre colaboración sólo había sido una corta y enorme felicidad olvidada, perdida en el tiempo."

(Pág. 115) "...declaro que estoy libre de pasado..."

(Pág. 182) "Iba sabiendo, descubriendo con maravilla que siempre, desde un pasado tan lejano que nunca existió, te estuve queriendo y esperando antes de que tú nacieras. Que durante toda mi vida mi amor por ti palpitaba escondido, debajo de alegrías y penas."